HEY… HEY… DESPIERTA…

11907006_10207163435262197_1107445215_oCuento escrito en colaboración con el escritor mexicano Aarón Hernández para el especial lovecraftiano de EL FOSO de Austrobórea Editores.

LA VOZ VENÍA de una dimensión lejana, tal vez de un extremo del túnel. Era insistente y él sólo pretendía continuar sumido en ese espacio intermedio entre el sueño y la vigilia. Un remezón lo sacó definitivamente de su modorra, estaba tendido sobre cuerpos de soldados muertos, se volteó y sintió como la lluvia golpeaba su rostro mostrándole de paso un cielo gris por las nubes de lluvia y por el humo. A su lado, con un fusil en sus manos y apoyado en una pared de tierra amarillenta un soldado de aspecto descuidado y mirada desencajada apretaba los dientes, lo miró furtivamente y le gritó.
«Cómo puedes quedarte tan fácilmente dormido cada vez que quieres, ni siquiera has sentido mis disparos y las explosiones»
Se arrodilló sin entender, intentó ponerse de pie, pero inmediatamente el soldado lo tomó de un brazo arrastrándolo hacia abajo.
«Qué, estás loco, despabila imbécil, somos los únicos vivos en esta trinchera, no me quiero quedar solo, ten toma tu fusil, demuestra actitud, ya seguirás durmiendo luego»
¿Luego de qué?, se preguntaba, hasta ese momento no había caído en cuenta de que se encontraba en medio de una batalla, en el fondo de una trinchera, con una enorme cantidad de cuerpos humanos que servían como suelo alfombrado, recién sintió las ráfagas de las balas al pasar sobre su cabeza, de los estallidos cercanos y lejanos.
«Contra quién peleamos» preguntó con miedo…
«Contra el enemigo Philiphe, contra esos malditos es que peleamos, pero no te preocupes, no tenemos nada qué hacer en este momento más que resguardar nuestros pellejos, pronto llegarán los aliados, nos sacarán de este agujero»

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BIOGRAFÍA

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Aldo Astete Cuadra (Panguipulli ─ Chile, 1978). Profesor de Educación General Básica. Magister en Literatura Hispanoamericana Contemporánea. Escritor, editor y diagramador de Austrobórea Editores y Sur Umbral Ediciones. Director de la revista latinoamericana Ominous Tales. Director del evento multimedial Campamento del terror y Taller de lectoescritura creativa Diodati. Impulsa un proyecto de Biblioresidencias Villa Diodati especializada en género fantástico. Ha formado parte de las misiones comerciales del Gobierno de Chile en las ferias internacionales de Guadalajara (2016), Buenos Aires (2017) y Lima (2017) Forma parte de la organización del Festival Internacional de Cine de Terror de Valdivia y comanda la iniciativa cultural, Valdivia Capital del Terror. En su literatura desarrolla un tema propio denominado Terror Lárico del cual se desprenden sus charlas en establecimientos educacionales, coloquios y congresos.

Publicaciones:

Mente Suicida y Otras Muertes (Cinosargo, 2012). Chile del Terror 1, Una Antología Ilustrada (Austrobórea Editores, 2014). Ensayo Fantástico (Sur Umbral Ediciones, 2015). El Meteoro, lo que se esconde en el abismo (Austrobórea Editores, 2015). Antologado en Chile del Terror 2, Visiones Lovecraftianas (Austrobórea Editores, 2015). Antologado en Pornología (Austrobórea Editores, 2015). El Rapto, el origen del miedo (Sur Umbral, 2016) Antologado en Chile del terror 3, Mare Monstrum (Austrobórea Editores, 2017) y en la revista Valdivia Críptica (2016-2017)

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MENTE SUICIDA

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Nací un ventoso día de otoño, en el mes de mayo de 1978. El viento puelche bajando desde la Cordillera de los Andes se dejaba sentir con fuerza en el hermoso pueblo lacustre de Panguipulli. Su impetuosa aparición provocaba la caída de árboles e inusitadas olas en el lago, aunque durante estos tres magníficos días de viento no caía ni una sola gota de agua. Este fenómeno de la naturaleza era mi favorito, el viento huracanado, la tibieza del aire, las hojas de los árboles volando, arremolinándose por doquier.

Siempre me ha gustado el viento y sus caricias, independiente de su frialdad, frescura o tibieza. En cualquiera de sus manifestaciones me lleva a establecer relaciones con mi nacimiento, mi entorno geográfico e infancia, aquel puelche indómito que no he vuelto a sentir sino en Panguipulli. Sin embargo, hay otra inclinación poderosa en mí que ha estado presente a lo largo de mi vida y de la cual desconozco completamente su origen, pero que se ha manifestado de forma consciente o inconscientemente, dejando recuerdos grabados que creo, ya es momento de plasmar para quienes más quiero, y así entiendan lo intrincada que puede ser una Mente Suicida.

La cercanía con el suicidio fue un hilo conductor en mi desarrollo, que estimo se ha presentado de dos modos invariables, el suicidio inconsciente, como le llamo a las peligrosas situaciones a las que un niño se expone temerariamente, un coqueteo con la muerte, un suicidio frustrado y paulatinamente, se irá perfilando y acrecentando la actitud suicida consciente, que, con o sin motivos, continuó acompañándome durante mi adolescencia y juventud hasta presentarse, insospechadamente, una relación con un acontecimiento trágico y doloroso que marcaría a fuego mi vínculo con el suicidio y que explicará, de algún modo, mis afanes o el por qué de mis tentativas. Gracias a aquel acontecimiento trágico contuve mi afán de llevar adelante mis intentos suicidas. Tal vez alguien debía purgar por mí las culpas, pues de no ser así estas memorias jamás se hubiesen escrito.

El primer recuerdo suicida que tengo se remonta a los años 80’s. Panguipulli era un pueblo turístico y lacustre, cuyo principal atractivo, después del lago, eran sus veredas, delimitadas por una especie de cerquillo de madera que protegía en su interior el crecimiento de hermosos rosales. Esta comuna sureña pretendía ser conocida en el país como el «Paraíso de las Rosas», idea impuesta y respaldada por ordenanzas municipales que obligaban a cada vecino a hacerse cargo de la manutención del pasto, las rosas y el cerquillo que se encontrara en el frontis de su vivienda.

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